¿Qué hace un asesor fiscal?

La principal función de un asesor fiscal es la de ayudar a sus clientes (autónomos y empresas pero también particulares) con sus obligaciones fiscales.

No obstante, el papel de un asesor fiscal es mucho más que eso. E incluye, entre otras muchas, las siguientes funciones:

  • Asesoramiento acerca de cuestiones relacionadas con la administración y gestión de la empresa.

  • Asesoramiento a emprendedores.

  • Alta y baja de la actividad económica en la Agencia Tributaria y en la Seguridad Social.

  • Elección de la forma jurídica que debe adoptar una empresa (Sociedad Limitada, Sociedad Anónima, etc.).

  • Representación frente a un tribunal o la Agencia Tributaria en procesos fiscales.

  • Contabilidad y facturación.

  • Nóminas y salarios.

  • Elaboración de balances e informes contables como el balance de situación, el balance de apertura y el balance de cierre o la cuenta de resultados.

  • Declaraciones fiscales periódicas (modelo 303 de IVA, modelo 130/ modelo 131, modelo 111, modelo 115, etc.).

  • Auditorías de cuentas.

  • Planificación de activos y patrimonio.

  • Asesoramiento sobre la necesidad de un programa de facturación o programa de contabilidad.

Responsabilidad del asesor fiscal

Un mal servicio de un asesor fiscal puede tener consecuencias tributarias, penales y civiles para su cliente. De ahí que la Ley General Tributaria (artículo 42.1.a)) detalle las siguientes consecuencias de una mala praxis por parte del asesor:

  • Responsabilidad tributaria. Es responsable solidario si participa activamente en el cometido de infracciones fiscales. La responsabilidad solidaria también afecta a la sanción.

  • Responsabilidad penal. Aunque es el contribuyente el responsable penal de una infracción tributaria, el asesor puede verse afectado si se demuestra que su participación ha sido imprescindible para la comisión del delito.

  • Responsabilidad civil. Un servicio negligente o defectuoso puede acarrear responsabilidades del asesor frente a su cliente, aunque ello no implique, necesariamente, que deba asumir las sanciones o cuantías con las que su cliente deba responder frente a la Administración tributaria.


Cuándo se necesita un asesor fiscal

En principio, no hay ninguna regla o principio que estipule cuándo una empresa, autónomo o particular necesitan un asesor fiscal. No obstante, siempre es aconsejable contar con uno para el correcto desarrollo de una actividad económica desde sus inicios.

La actividad empresarial así como la de un autónomo puede ser lo suficientemente compleja como para prescindir del saber hacer de un asesor.

Aspectos como la declaración de impuestos, la contabilidad más básica, la gestión de las nóminas de los trabajadores o la elección de la forma jurídica más apropiada de una empresa siempre resultarán más fácil de resolver si es con la ayuda de un asesor fiscal.


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